Estoy seguro de que todos al menos una vez en la vida, hemos padecido de este mal antes de salir de casa.
Estoy hablando del efecto:
¿Dónde dejé las llaves?
Es más, hasta me atrevo a decir que he llegado al punto de pensar
“si yo fuera llaves dónde estaría”.
Para evitar que esto suceda, lo mejor sería, tener un lugar específico para que no se nos perdieran.
Sé que suena algo un poco lógico, pero por diferentes razones que ignoro no siempre pasa.
Sí, sí, ya sé, que también podemos ponerle un dispositivo para encontrarlas, pero al final gastarás tiempo en buscarlas.
Esto de tener un lugar definido para ellas y al momento de llegar a casa siempre dejarlas ahí, se puede llevar también a nuestro día a día en el trabajo.
Para lograrlo se tiene que pensar, que cada cosa que hacemos debe tener un lugar específico.
Así como cuando tienes una reunión vas tu calendario y la registras, de igual manera todo lo demás debería de tener un sitio en donde dejarse. Desde los archivos y tareas pendientes hasta lo más complejo que realices.
Esto te permitirá tener una mejor organización.
Al inicio puede ser un poco más tardado en lo que te acostumbras, pero la realidad es que no se compara el tiempo que inviertes en dejarlo en el sitio con el que te ahorrarás por no encontrarlo en el futuro.
Sé que esto puede sonar algo frenético, pero en realidad ayuda mucho tener este orden ya que te brindará tranquilidad el saber que las cosas están en el lugar adecuado.